Soy Rosa González, una mujer que ha forjado su propio destino desde el campo hasta la ciudad, enfrentando desafíos con valentía y determinación. Nací un 1 de diciembre de 1964 en Pasca, Cundinamarca, en el seno de una numerosa familia campesina. Como la hija número doce de catorce hermanos, aprendí desde pequeña que el trabajo duro y la honestidad son los pilares fundamentales de la vida.

A los 14 años, con el corazón lleno de sueños y la maleta cargada de esperanza, dejé mi hogar para buscar nuevas oportunidades. Mis primeros pasos hacia el conocimiento me llevaron a la Normal de Nuestra Señora del Buen Suceso de Nemocón. Allí, entre libros y enseñanzas, descubrí mi pasión por la educación y mi deseo de transformar vidas. Destacarme académicamente no fue solo un logro, sino una promesa de un futuro mejor para mí y para los que vendrían después.

Mi viaje continuó en Bogotá, donde inicié mis estudios en Administración Educativa en la Universidad San Buenaventura. Cada día en la universidad era un nuevo reto, pero también una reafirmación de mi convicción de que la educación es el camino hacia el cambio. Con cada paso, con cada esfuerzo, fui construyendo los cimientos de lo que sería mi gran obra: el Colegio Reina de Gales.

Fundé el colegio en 1995, inspirada por la figura de Lady Di, una mujer que, como yo, creía en el poder de la educación para transformar vidas. Con una visión clara y un corazón lleno de esperanza, trabajé incansablemente para que el colegio se convirtiera en una institución reconocida, dedicada a la formación de líderes para el futuro. Ver a mis alumnos crecer y alcanzar sus sueños ha sido una de las mayores recompensas de mi vida.

Con más de 40 años de experiencia en el campo educativo, miro hacia atrás y veo un camino lleno de desafíos, pero también de inmensas satisfacciones. Cada logro, cada sonrisa de un estudiante, cada agradecimiento de un padre, ha sido un recordatorio de que todo el esfuerzo ha valido la pena.

Pero mi mayor orgullo no solo reside en mi carrera profesional, sino en mi familia. Soy madre de tres hijos maravillosos: Laura, Camilo y Daniel. Ellos son mi mayor inspiración y la razón por la que nunca me he rendido. A través de ellos, veo reflejados los valores de trabajo duro, honestidad y perseverancia que he defendido toda mi vida.

Mi historia es una prueba de que con determinación, amor y una visión clara, se pueden superar cualquier obstáculo y alcanzar grandes sueños. Desde los campos de Pasca hasta las aulas del Colegio Reina de Gales, he recorrido un camino lleno de desafíos, aprendizajes y, sobre todo, gratitud por las oportunidades y personas que han formado parte de mi vida. Cada día, me levanto con la convicción de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, y con el corazón lleno de amor y esperanza, sigo adelante, forjando futuros y construyendo sueños.